Geum L.

F. Munoz Garmendia, C. Navarro & S. Castroviejo, 1998, Flora Iberica / Vol. VI: Rosaceae, Madrid: Real Jardín Botanico, CSIC : 75-77

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Geum L.
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[ Géum , -i n. – lat. gaeum(geum), -i n. = nombre de una planta, en Plinio, con finas raíces negras y de buen olor, que se ha supuesto era la hierba de San Benito ( Geum urbanum L. )]

Plantas perennes, más bien herbáceas –aunque de base ± leñosa, la cepa en particular–, ± indumentadas. Tallos fértiles anuales, axilares, ± ramificados o simples. Hojas de la roseta basal no estipuladas visiblemente, pinnatisectas, con frecuencia ± liradas; las caulinares, menores, parecidas o no a las basales, incluso indivisas y minúsculas, pero con estípulas en general bien visibles. Inflorescencias cimosas, más bien laxas –a veces, por reducción, flores solitarias–. Flores, salvo excepciones, hermafroditas. Receptáculo de pateniforme a campanulado, con la zona axial ± convexa , ± acrescente. Sépalos 5(6-8); calículo con 5(6-8) piezas, pequeñitas, que alternan con los sépalos. Pétalos 5(6-8), unguiculados o no, amarillos, blanquecinos o ± rojizos –francamente rojos en alguna especie cultivada–. Estambres más de 20, insertos en un disco nectarífero. Carpelos 12-100 o más, libres entre sí, insertos en la zona axial del receptáculo; estilo terminal, de ordinario geniculado y compuesto por 2 artejos –el superior caduco–, acrescente y, al menos en parte, persistente como “pico” (rostrum) que remata el aquenio. Fruto en poliaquenio; aquenios dispuestos sobre la zona axial –alargada, seca y persistente– del receptáculo, la que puede al fin desarrollar un carpóforo.

Observaciones.– Respecto a nuestras pequeñas descripciones, digamos que los tallos fértiles van medidos en su pleno desarrollo, desde la base al fruto múltiple más alto; y que las dimensiones de los aquenios van referidas a su parte seminífera, exclusivamente –prescindimos, pues, de la base del rostrum.

Se han observado con frecuencia flores meramente masculinas e incluso pies carentes de flores hermafroditas, masculinos. Las flores hermafroditas son proteróginas. Predomina muy netamente la entomogamia; y sobre la dispersión anemocora, la zoocora, relacionada ésta con los ganchos y las cerdas retrorsas que vemos en algunos frutos.

Se cultivan o han cultivado especies diversas, autóctonas y no autóctonas, con fines ornamentales. Como integrantes del primer grupo mencionemos aquí G. montanum y G. rivale , con diversas variantes jardineriles. En otros casos, hay gran confusión taxonómica y nomenclatural entre los autores del aludido gremio, incluso en A. Huxley & al., The new Royal Horticultural Society dictionary of gardening 2: 408-409 (1992), que, por de pronto, admiten sin cita precisa un G. chiloense Balb. [in DC., Prodr. 2: 551 (1825), nom. inval., pro syn.], y olvidan el correcto G. quellyon Sweet, Brit. Fl. Gard. , tab. 292 (1827- 29) – G. coccineum hort., non Sm.

Sobre todo el G. urbanum se ha usado mucho en la medicina popular europea, no solo como astringente y tónico sino también como sudorífico y febrífugo. Su cepa –rosácea o lila por dentro, en fresco– es rica en taninos y contiene además un glucósido (geína o geósido) que, al disociarse, le confiere un olor neto a esencia de clavo: de ahí el viejo nombre vernáculo cariofilada. Otros, en todos los idiomas peninsulares, claro es que aluden a excelencias curativas hoy en olvido; pero ninguno tiene mucha raigambre popular y menos aún los análogos que han sido aplicados por algunos autores, en este género, a especies diversas.

1. Estilo con articulación fuertemente curvada, cuya parte proximal o pico, persistente –la distal es caediza–, remata en gancho (fig. 3 c; fig. 4 c; lám. 28 f; lám. 29 f, h) .... 2

– Estilo sin articulación o con ella no fuertemente curvada, todo él persistente o, en la segunda hipótesis, cuya parte persistente no remata en gancho (fig. 3 a, b) ............... 6

2. Flores de cáliz muy obscuro (± rojizo), nutantes en la floración, de pétalos unguiculados (uña casi tan larga como la parte restante) ........................................... 3. G. rivale

– Flores de cáliz no muy obscuro (verde o estriado levemente de rojo), poco inclinadas o erectas, de pétalos no unguiculados .......................................................................... 3

3. Tallos fértiles con frecuencia no ramificados, unifloros –menos veces con alguna flor lateral–, de ordinario con todas las hojas francamente distintas de las basales; aquenios más bien grandes –parte seminal 4-6(7) mm–, no muy numerosos –como máximo, hasta 40(55) ........................................................................................................... 4

– Tallos fértiles indefectiblemente ramificados, ± provistos de hojas parecidas a las basales, aunque menores; aquenios tirando a pequeños –parte seminal (1,7)2-4,5 mm–, muy numerosos –normalmente, más de 100 ................................................................ 5

4. Zona axial del receptáculo que finalmente desarrolla un carpóforo neto (fig. 4 b); aquenios mayores –parte seminal 4,5-6(7) mm– y con frecuencia no tan hirsutos ........ ............................................................................................................. 4. G. sylvaticum

– Zona axial del receptáculo que nunca desarrolla un carpóforo (lám. 28 e); aquenios bastante menores –parte seminal 4-4,5 mm–, siempre fuertemente hirsutos ................. ........................................................................................................... 5. G. pyrenaicum

5. Tallos fértiles normalmente muy ramosos y foliosos; contorno de las hojas basales ± anchamente elíptico, alguna vez suborbicular, y estípulas a veces de unos 3 cm; cáliz pronta y fuertemente reflejo tras la floración; receptáculo fructífero francamente hirsuto –pelos de 1,4-2 mm–; aquenios carentes en la base del pico de pelitos glandulíferos (lám. 29 h, i) .................................................................................... 6. G. urbanum

– Tallos fértiles de ordinario ramificados tan solo en el ápice; contorno de las hojas basales ± lanceolado y estípulas de c. 1 cm; cáliz no pronta y fuertemente reflejo tras la floración; receptáculo menos largamente hirsuto –pelos de 0,5-1 mm–; aquenios con algunos pelitos glandulíferos en la base del pico, a veces no fáciles de ver (lám. 29 f, g) ........................................................................................... 7. G. hispidum

6. Estilo no articulado, enteramente persistente, largo (de hasta casi 30 mm) y plumoso, con largos pelos, excepto en la punta (fig. 3 a) .................................. 1. G. montanum

– Estilo cuyo segmento distal –con suaves pelitos en su base– cae muy pronto y sin que la punta del segmento proximal conserve señales de articulación; es decir, pico no rematado en gancho, corto por añadidura (7,5-10 mm), de zona central glabra y ápice con cerdas retrorsas (fig. 3 b) ....................................................... 2. G. heterocarpum

Kingdom

Plantae

Phylum

Tracheophyta

Class

Magnoliopsida

Order

Rosales

Family

Rosaceae

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