Vitis vinifera

F. Munoz Garmendia, C. Navarro, A. Quintanar, A. Buira & S. Castroviejo, 2015, Flora Iberica / Vol. IX: Rhamnaceae - Polygalaceae, Madrid: Real Jardín Botanico, CSIC : 59-62

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Vitis vinifera
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1. V. vinifera View in CoL L., Sp. Pl. 1: 202 (1753)

V. laciniosa View in CoL L., Sp. Pl. 1: 203 (1753)

V. vinifera subsp. sativa DC. ex Hegi View in CoL , Ill. Fl. Mitt.-Eur. 5(1): 365 (1925)

Ind. loc.: “Habitat in Orbis quatuor partibus temperatis” [lectótipo designado por J. Siddiqi in Ali & Jafri (eds.), Fl. Libya 83: 2 (1980): LINN]

Ic.: Hegi, Ill. Fl. Mitt.-Eur. 5(1): 363 fig. 1916 c-i, 368 fig. 1921 (1927); Merino, Fl. Galicia 1: 265 (1905); Valdés, Talavera & Galiano (eds.), Fl. Andalucía Occid. 2: 246 (1987); Villar & al., Atlas Fl. Pirineo Aragon. 1: 489 (1997); lám. 13

Trepadora hasta de 20 m –en ocasiones incluso más larga–, con tronco hasta de 40 cm de diámetro –en hábitats naturales–, sinuoso, cuya corteza se desprende longitudinalmente. Tallos jóvenes con zarcillos ± numerosos, que terminan en 2 o 3 cabillos que se enrollan, opuestos a las hojas, a veces fuertemente lignificados. Hojas con limbo de (3)5-13,5 × (4,5)5,5-15,5 cm, de contorno ± orbicular, dentada, en general con dientes ojivales y rematados con frecuencia en un pezoncillo, de casi enteras a palmeadas, con 1-4 hendiduras redondeadas que dan lugar hasta 5 lóbulos, con un seno basal ± ampliamente redondeado y los 2 lóbulos basales con frecuencia superpuestos, planas u onduladas, de haz glabra –a veces pelosa– y envés glabro o peloso, con pelos frecuentemente aracnoideos, con pecíolo de 1,5- 10 cm. Inflorescencia en panícula pedunculada, ± compacta , opuesta a las hojas. Flores minúsculas, hermafroditas en plantas monoicas y unisexuales en las dioicas, pentámeras, con pedicelos de 2-6 mm. Corola 1,5-3 mm, caediza, que se desprende desde la base a modo de caperuza, sin que el ápice de los petálos se separe. Estambres 1,5-3 mm, siempre más largos y erectos en las flores masculinas; anteras 0,7-1 mm, de un color crema amarillento, de color marrón en el centro. Frutos 5-15 mm, ovoides, en disposición densa o laxa, de tamaño, color y sabor muy variables, con exocarpo de un color blanquecino verdoso, amarillento, rojizo, azulado o morado ± obscuro, con pulpa ± clara u obscura . Semillas 5-6 × 3-4 mm, hasta 2 por carpelo, ovoides, ± apiculadas. 2 n = 38.

Sotos y riberas, alisedas, fresnedas, zarzales y carrizales, adelfares, melojares, alcornocales, quejigares, encinares o madroñales, paredes y muros, junto a vías de ferrocarril, lugares umbríos y barrancos frescos, acantilados costeros, cultivos, en suelos de vega, indiferente edáfica; 20-1000 m. IV-VII. SW de Asia, Europa central y meridional y Región Mediterránea. Casi toda la Península . And. Esp.: A Ab Al Av B Ba Bi Bu C Ca Cc Co CR Cs Cu Ge Gr Gu H Hu J L Le (Lo) Lu M Ma (Mu) Na O Or P PM Po S (Sa) Se Sg (So) SS T (Te) (To) V Va Vi Z Za. Port.: AAl Ag BA BAl BB BL DL E Mi R TM. N.v.: ácere, bitau, carrazos, cepa, labrusca, lambrusquera, majuelo, parra, parra bravía, parra cultivada, parra de uvas, parral, parreña, parrera, parriza, parrón, parrucha, parruzera, riparia, uvar, vid, vid común, vid cultivada, vidueño, viduño, viña, viña roja, viñedo, vinagrera, zepo (Aragon); port.: cepa, labrusca, pareira, parreira, uveira, vide, vide-de-uvas, videira, videira-europeia, videira-brava; cat.: cep, llambrusca, llambrusquer, pansa, parra, parres, passa, raïm, raïm de pansa, raïmera, sarments panseres, sep, vid, vinya, vinya vera; eusk.: aihena, apomatsa, ardantza, ardanza, arramasa, asaiena, ayena, basamahatsondoa, basamastia, basamatsa, basomatsa, edamatsa, mahatsondoa, masa-salda, mascepa, mascepea, mastia, matsa, matsayena, matsondoa, matxamatsa, sasimatsa, txorimatsa; gall.: bullo, cepa, parra, parreira, uveira, vide, videira, viñeira.

Observaciones.– Esta especie es la única del género que vive de manera natural entre Portugal y el macizo del Hindú Kush, así como en el Magreb, entre los paralelos 30º –río Ourika, Marruecos– y 50º –río Rin, Alemania–. Pertenece al grupo de vides euroasiáticas con número cromosomático 2 n = 38 y se han encontrado sus restos fósiles en el Plioceno europeo [cf. G. Hegi, Ill. Fl. Mitt.-Eur. 5(1): 359- 425 (1927)]. Es característica su gran plasticidad morfológica, que da lugar a una enorme variabilidad que es manifiesta en las poblaciones silvestres y origen de muchas de las variedades cultivadas.

La vid es una planta cultivada desde hace más de 5000 años, de la que se han reconocido desde antiguo un gran número de variedades. Ya en el primer siglo de nuestra era, G. Plinio el Viejo describió 91 de ellas; y L. Junio Columela, 58 que se cultivaban en España. Muchos siglos más tarde, S. de Rojas Clemente hizo en 1807 un estudio sistemático de 119 variedades de vid andaluzas. Actualmente se conocen unas 2000 variedades de cultivo, entre uvas blancas y negras, de mesa, para vino o pasificación. De las 100 variedades más usuales en España –muchas de ellas comerciales–, las más sobresalientes de entre las tintas son las bobal, garnacha, graciano, monastrel, prieto picudo y tempranillo; de entre las blancas, airén, albariño, godello, macabeo (viura), palomino fino, pedro ximénez y verdejo; de entre las de mesa y pasificación, aledo, Don Mariano , moscatel de Alejandría y ohanes. Dichas variedades se distinguen por sus caracteres morfológicos –forma de la hoja, aspecto del racimo, tamaño, color y sabor de las uvas–, agronómicos –vigor y resistencia a enfermedades, época de maduración, fertilidad y rendimiento–, y características enológicas –contenidos de azúcar, ácidos, aromas y fenoles–. Al parecer, la raza de vid determina las características del vino que con ella se elabora, además de, naturalmente, las condiciones agronómicas de cultivo, como el suelo, el clima, el tipo de cultivo y las condiciones de la elaboración. Las vides cultivadas suelen autofecundarse, incluso antes de que se desprendan los pétalos, ya que los estambres se encuentran en contacto con el estigma. Dada la importancia del vino, el trasiego de variedades de vid en todas las épocas históricas ha sido frecuente y constante. Probablemente la mayoría de las variedades cultivadas en Europa provenga de diferentes grupos de poblaciones silvestres que han sido seleccionados aquí y allá o traídos de fuera. Desde la segunda mitad del siglo XIX, cuando la gran mayoría de las vides murieron por la acción de la filoxera (Daktulosphaira vitifoliae), un insecto hemíptero que llegó de Norteamérica a España hacia el año 1880 a través de Francia y Portugal, la gran mayoría se injertaron en pies de especies americanas resistentes a esta enfermedad, sobre todo en V. rupestris , V. riparia y V. berlandieri Planch. in Compt. Rend. Hebd. Séances Acad. Sci. 91: 425 (1880) y, más recientemente, en el híbrido 110 R(ichter) ( V. berlandieri × V. rupestris ), de aspecto muy parecido a V. rupestris . Algunos de estos portainjertos se mantienen vivos aún en los márgenes de algunos viñedos y, a partir de ahí, se pueden asilvestrar tímidamente. Otras enfermedades frecuentes producidas por hongos, también traídos de América, son el mildiu o niebla ( Plasmopara viticola ) y el oídio o ceniza (Erysiphe necator). Según la FAO, España fue en el año 2005 el cuarto productor mundial de uvas, con 5,8 millones de toneladas, y el segundo de vino, con 4,6 millones de toneladas.

La subsp. sylvestris (C.C. Gmel.) Beger & Hegi in Hegi, Ill. Fl. Mitt.-Eur. 5(1): 364 (1927) [ V. sylvestris C.C. Gmel., Fl. Bad. 1: 543 (1805), basión.; V. vinifera var. sylvestris (C.C. Gmel.) Alleweldt in Fortschr. Pflanzenzücht. 53: 380-388 (1965); ic.: Hegi, Ill. Fl. Mitt.-Eur. 5(1): 363 fig. 1916 a, b (1927)] es difícil de delimitar y, en algunas ocasiones, no se logra distinguir entre las poblaciones asilvestradas de las vides cultivadas que pertenecerían a la subsp. vinifera y las poblaciones de vides silvestres que pertenecen a esta subsp. sylvestris . Ni aun con técnicas de biología molecular se ha logrado aclarar las relaciones entre vides cultivadas y poblaciones silvestres en períodos que no sean el de floración. Dada la versatilidad biológica que muestran las vides silvestres y cultivadas en casi todos sus caracteres, probablemente muchas de las cultivadas provengan de manera independiente de diferentes linajes de la subsp. sylvestris . Por esto, algunas vides cultivadas mantienen rasgos primitivos y se parecen enormemente a las silvestres, sobre todo en sus hojas y la disposición de los frutos en sus racimos. Ciertas vides cultivadas, algunos portainjertos y los híbridos productores directos que se asilvestran incluso pueden desplazar de su hábitat poblaciones silvestres europeas. La vid silvestre generalmente aguanta mejor las enfermedades y el frío que la cultivada, la capacidad de germinación de sus semillas es mayor y enraízan peor de estaquilla.

A pesar de estas dificultades, es posible establecer una serie de caracteres con un valor diagnóstico más o menos fiable: V. vinifera subsp. sylvestris es una trepadora dioica –la subsp. vinifera es monoica, con flores hermafroditas–, con la mayoría de las hojas con el seno basal obtuso y abierto en más de 90º –seno agudo y abierto en menos de 90º en la subsp. vinifera , a veces con los dos lados inferiores de la hoja superpuestos–, sus panículas tienen con frecuencia una ramilla superior diferenciada, los frutos están en general laxamente dispuestos –densamente en la subsp. vinifera –, alcanzan hasta 7 mm y tienen un color obscuro y sabor ácido –más de 7 mm, de color diverso y sabor dulce en la subsp. vinifera –, con semillas de 4,5-6 mm, subesféricas, en general 1-4 por fruto –5,5-7,5 mm, piriformes, hasta 2 por fruto, a veces ninguna, en la subsp. vinifera –. La subsp. sylvestris tiene tallos de color variable, a veces obscuros; hojas con limbo de 3,5-8 × 4,5-10(11) cm, de base ± abierta, a veces en ángulo agudo, con los bordes rectos, ligeramente arqueados o algo doblados hacia la mitad, de orbiculares a poligonales, hasta con 2 incisiones apicales –a veces ninguna– y, a veces, 1 o 2 basales menores, raramente profundas –las hojas de pies masculinos en general más divididas que las de pies femeninos–, con dientes en general ojivales y terminados en un pezoncillo, a veces blanquecino, de haz glabra, de un verde obscuro, con nervadura ± marcada en el envés –más marcada que en el haz–, en general blanquecinos, de envés generalmente glabrescente, con grupos de pelos flocosos, a veces muy dispersos, con pecíolo de (2)3-7 cm; flores masculinas con pedicelos de 2-6 mm y estambres de c. 3 mm, las femeninas con pedicelos de 2-4 mm; infrutescencia (6)6-14(15,5) cm, ± laxa , con frecuencia con un ramillo lateral superior sobresaliente; fruto 6-7(10) mm, de un color morado obscuro, en general de sabor ácido; semillas 4,5-6 × 3-4 mm, en general 1-4 por fruto, subesféricas (Esp.: A Al Ba Bi Bu Ca Cc Co CR Cs Gr Gu H Hu J Le M Ma Na S Se SS V Va Vi Z. Port.: AAl; n.v.: acedilla, agracera, algalaba, barbao, chirle, garabatona, labrusca, parra, parra borde, parra brava, parra garabatela, parra moruna, parra salvaje, parra silvestre, parra soteña, parral, parreña, parriza, parrón, parrucha, perreña, potrera, uva, uvas de zorra, uvas soteñas, uvillas, vid, vid brava, vid bravía, vid salvaje, vid silvestre, viña, viña de injerto; port.: labrusca, videira brava, videira silvestre; cat.: llambrusca, parra llambrusquera, vinya; eusk.: astayena, basamatsa, basomacha, bruskembilla, edamatsa, mahatsondoa, masa-malda, matsa, matsa-malda, zozo-mahatsa; gall.: labrusca, parrocha, videira silvestre).

Kingdom

Plantae

Phylum

Tracheophyta

Class

Magnoliopsida

Order

Vitales

Family

Vitaceae

Genus

Vitis

Loc

Vitis vinifera

F. Munoz Garmendia, C. Navarro, A. Quintanar, A. Buira & S. Castroviejo 2015
2015
Loc

V. vinifera subsp. sativa

DC. ex Hegi 1925: 365
1925
Loc

V. vinifera

V. vinifera
1753
Loc

V. laciniosa

V. laciniosa L., Sp. Pl. 1: 203 (1753)
1753
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